La congregación del Tabernáculo se remonta a 1650, treinta años después de que los Pilgrim Fathers (Padres Peregrinos) zarparan de Inglaterra.
En una época en la que el Parlamento inglés acababa de prohibir las reuniones bautistas, el Tabernáculo tiene sus raíces en una congregación que valientemente afrontó una persecución constante, y que se reunía en una casa en Kennington que pertenecía a la viuda Colfe. Dicha reunión creció rápidamente bajo su primer pastor, William Rider, quien aparentemente murió en la plaga de 1665.
Después vino Benjamin Keach, famoso por sus libros (que todavía gozan de gran demanda) que explican los milagros, parábolas y metáforas de la Biblia. Un líder prominente entre los bautistas, Keach guio la iglesia a través de gran persecución y construyó su primera capilla cerca de Tower Bridge, tan pronto como los bautistas obtuvieron su libertad de nuevo en 1688.
El Dr. John Gill cuyos comentarios bíblicos todavía están disponibles hasta el día de hoy, comenzó su pastorado en 1720, en el cual continuó por cincuenta y un años, y fue uno de los eruditos bíblicos más grandes de su tiempo. Durante su pastorado, la iglesia apoyó fuertemente a George Whitefield (o Jorge Whitefield) para que predicara en Kennington Common. Allí, en 1739, los primeros sermones del gran avivamiento causaron que miles de personas experimentaran el nuevo nacimiento.
Después del Dr. Gill vino el Dr. John Rippon en 1771, quien pastoreó la iglesia durante sesenta y tres años, de modo que llegó a ser la iglesia bautista más grande de Inglaterra.
Charles Haddon Spurgeon
El siguiente pastorado largo y notable fue el de Charles Haddon Spurgeon, quien predicó por primera vez a nuestra congregación (en ese entonces se encontraba en New Park Street Chapel) en 1853. Su llegada pronto significó que la capilla se encontrara repleta, de modo que los cultos se traspasaron a un salón de actos alquilado en the Strand, y después al Royal Surrey Gardens Music Hall, donde se reunían hasta diez mil personas.
El Tabernáculo actual se fundó donde está, en parte por su ubicación prominente, y en parte porque se cree que es el lugar dónde los mártires de Southwark fueron quemados. Esta es la razón por la que nuestra piedra angular tiene la leyenda: “The blood of the martyrs is the seed of the church” (la sangre de los mártires es la simiente de la iglesia). Durante el ministerio de Spurgeon decenas de miles de personas fueron convertidas a Dios bajo la predicación de la Palabra. Hoy en día tenemos el privilegio de alabar a Dios en un lugar bendecido con tal historia.
Charles Haddon Spurgeon pastoreó la iglesia durante treinta y ocho años, y fundó la escuela para pastores, un orfanato, una sociedad literaria cristiana y la revista The Sword and the Trowel. Tan solo en los condados, a los alrededores de Londres, se abrieron más de doscientas iglesias nuevas, que sus alumnos pastorearon. Existen sesenta y tres volúmenes (los cuales aún se publican) de sus sermones. Debido a la creciente influencia del liberalismo teológico, Spurgeon sacó el Tabernáculo de la unión bautista en 1887, cuando se acercaba el final de su pastorado. Hoy en día continuamos siendo una iglesia independiente, obedeciendo así el mandamiento bíblico de no tener afinidades con ninguna enseñanza que no se bíblica.
El Tabernáculo original del tiempo de Spurgeon se quemó en 1898, excepto el pórtico frontal y el sótano, y fue reconstruido de una forma similar. Después, en Mayo de 1941, se quemó por segunda vez, cuando le cayó una bomba incendiaria durante el ataque aéreo más grande de la Segunda Guerra Mundial. El pórtico frontal y el sótano sobrevivieron nuevamente, y en 1957 el Tabernáculo fue reconstruido nuevamente, manteniendo las paredes perimetrales, pero el diseño esta vez fue diferente.
Una nueva era
La Guerra ocasionó que nuestra iglesia se redujera grandemente, ya que solo unos cuantos miembros de la antigua congregación pudieron volver a lo que era un Londres gravemente bombardeado. Hacia 1970, nuestras filas se habían reducido tanto que solo unas cuantas bancas eran ocupadas; sin embargo, el Señor nos ha renovado y ha bendecido nuestro testimonio, lo cual ha dado lugar a las galerías repletas de hoy en día. Damos toda gloria al Señor por la gran cantidad de personas que han venido al Tabernáculo durante los últimos cuarenta años, también por las numerosas profesiones de fe y por los varios ministerios que se han establecido.