Todas las personas tienen ciertas aptitudes y dones característicos, pero ninguno está completo, pues hasta que Dios obra en nuestras vidas nos faltan las facultades vitales. La Biblia dice que toda “buena dádiva” y “don perfecto” desciende de lo alto. El mensaje presenta los dones que faltan, los cuales Dios da a aquellos que lo buscan.