Desde Éfeso el evangelio se divulgó poderosamente por medio de la predicación. Muchísimos fueron salvos sin necesidad de coros, vocalistas, bandas de música, entretenimiento o predicadores extravagantes. El mensaje nos presenta la lamentable falta de sentido de la oposición (como también ocurre hoy en día) y nos muestra el valor y la modestia de Pablo: un ejemplo a seguir para tener instrumentalidad.