Las Escrituras brindan una guía e instrucción práctica y exhaustiva para llevar a cabo la predicación, la adoración y toda actividad de la iglesia, y para cada instrucción hay una promesa divina de ayuda y recompensa. ¿Revisamos de manera adecuada, o a menudo, nuestra enseñanza o la labor de nuestra iglesia? El mensaje nos presenta las “secciones” de la predicación que deben ser honradas, los elementos de la adoración y los componentes esenciales del “programa” de la iglesia, junto con sus promesas correspondientes.