¡Cuánto anhelaba Pablo estar con Cristo! ¿Tenemos tal amor por el Señor? Aquí Pablo muestra cómo puede aumentar nuestro agradecimiento a Cristo y apreciación por Él. También insta a los creyentes a la labor del evangelio, honorando los estándares dignos de su ciudadanía celestial (no capitulando o rindiéndose al mundo, como algunos prescriben).

La gran declaración de Pablo reta a todo creyente. Todo lo que somos y todo lo que tenemos es de Cristo: casas, posesiones, habilidades y el tiempo. Él es nuestra posición en la vida, y nuestra fortaleza, gozo y futuro. Vivimos para probarle en santidad, servicio y amor, y el mensaje explica cómo la muerte es ganancia para su pueblo.

Pablo es silenciado por un encarcelamiento durante años, pero en Roma su testimonio agita todo el palacio y la guardia del emperador, y alienta a la iglesia “secreta” a una nueva valentía. Ahí escucha de la tragedia de los predicadores con motivaciones erróneas. Y asimismo, ora por los predicadores, y el reto de magnificar a Cristo con la vida o la muerte.

Pablo ora que nuestro amor sobreabunde, y nos lleve a elegir los intereses de Cristo en cada aspecto de nuestra vida. Nuestro peregrinaje espiritual consiste en continuas opciones a elegir, y aquí se presentan. Elegir de forma correcta nos mantiene genuinos todo el camino, y da lugar a frutos prácticos que glorifican a Dios.