"Formativos" en el sentido de que, además de ser profundamente ofensivos para Dios, forman raíces profundas en el carácter, promoviendo otros pecados y moldeando la persona en su totalidad, mientras que las nuevas virtudes opuestas (realizadas con la ayuda del Señor) conducen a la bendición y utilidad para toda la vida.

Aquí tenemos primeramente un análisis del lamentable estado del corazón inconverso. Luego se nos habla de dos niveles de transformación: (1) la conversión, en donde despojarse de la antigua vida y vestirse de la nueva es obra de Dios, y (2) detalles de la santificación, donde Dios capacita a los creyentes para actuar.

El apóstol establece el papel vital de que toda la congregación funcione unida en evangelismo y en la santificación. El principal medio para esto es "la verdad". En el sermón intentamos entender más plenamente los privilegios de la fe que se nos ha confiado y su poder.